Esta es de las rutas en Picos de Europa que más nos gusta, tanto que repetimos de vez en cuando. Una mezcla casi inverosímil de vistas alucinantes, deleite, masoquismo y sudor, en la que saldremos de Poncebos (215 m) para llegar al refugio de Vega de Ario (1.640 m), subiendo una de las canales más ilustres de Picos: Trea.
Avanzarás por un maravilloso escenario natural, seguramente llegará un momento que maldigas por lo bajini estar allí, pero la realidad es que la palabra espectacular se queda corta para definir lo que verán tus ojos. Prometido.
Contenido del artículo
La ruta de un vistazo
Salimos de Poncebos en Cabrales (Asturias) dirección a Caín (León) haciendo gran parte de la famosa ruta del Cares, que avanza por el sobrecogedor desfiladero del río que separa a cuchillo los macizos Occidental y Central de Picos de Europa.
Justo antes del Puente Bolín, aparece la indicación que marca el inicio de la canal de Trea. Empinada, encajonada, agotadora y muy bonita, el paraje es especial. Se suben unos 1.200 metros en 3 kilómetros por un camino bien marcado al inicio y menos evidente en la parte superior.
A partir del collado de las Cruces queda un paseo hasta la Vega de Ario, un lugar privilegiado donde encontramos el refugio de montaña del mismo nombre.
Etapa 1 del Anillo Vindio de Picos de Europa
Al comenzar el Anillo Vindio en Poncebos, esta ruta fue nuestra primera etapa. Sin duda, de las mejores etapas de este Anillo, solo superada por el día que conectamos Vegarredonda con Vegabaño.
En este enlace tienes toda la información del Anillo Vindio:
Características de la Ruta de Poncebos a Vega de Ario
DISTANCIA: 15 kilómetros.
DESNIVEL POSITIVO: 1.630 metros.
DESNIVEL NEGATIVO: 270 metros.
INICIO Y FIN: Poncebos – Vega de Ario.
TIEMPO TOTAL: lo normal sería entre 6 y 8 horas, con alguna parada. Dependerá de lo que tardes en subir Trea, todo lo que sea bajar de las 3 horas en la canal está bien.
TIPO DE RUTA: travesía.
SEÑALIZADA: No está señalizada como PR. El Cares no presenta ningún problema, en Trea el camino está bien marcado al inicio. En la zona superior hay que estar más atento a los jitos, a medida que encontramos caliza.
DIFICULTAD: difícil. No la hagas sin experiencia en montaña. Requerida también buena forma física.
RECOMENDACIÓN: madruga todo lo que puedas. Los días de calor, Trea es como un horno.
NIÑOS: desaconsejado, solo si están muy en forma y habituados a la montaña.
ADAPTADA: no está adaptada a personas con movilidad reducida.
BICICLETA: no.
NOTA: todo lo descrito es bajo nuestro punto de vista y experiencia. No nos hacemos responsables de las decisiones que cada uno pueda tomar en la montaña.
Dónde aparcar
En Poncebos no hay mucho aparcamiento y las restricciones en verano están a la orden del día. En período estival hay autobuses Alsa desde Arenas de Cabrales; sin embargo, olvídate de salir pronto si optas por el autobús. Para eso tendrás que ir en coche o bien pernoctar en Poncebos.
Dónde dormir para comenzar la ruta pronto
Esta es la opción que siempre escogemos, evitando prisas y madrugar más de lo necesario. Solemos ir al Hostal Poncebos, situado muy cerca del Cares y correcto en cuanto a calidad/precio.
Descripción de la ruta
Saliendo de Poncebos es un día para regalar a la vista, comenzando por los 8 primeros kilómetros de la ruta del Cares. Eso sí, mentalízate porque lo habitual aquí es compartir el camino con mucha gente, y es que la conocida como la Garganta Divina atrae por sí sola a cientos de miles de turistas anualmente, la mayoría de ellos concentrados en verano. Sin duda la fama es merecida y siempre es un placer caminar por tan sensacional paraje, incluso con gente.
El origen de lo que hoy conocemos como la ruta del Cares se remonta a la construcción de un canal para aprovechar la energía del agua del Cares, hace ya más de un siglo. A mediados del s. XX se construye la senda adyacente al canal para mantenimiento, sustituyendo al peligroso camino anterior. Verdaderas obras de ingeniería de la época, su legado hoy día nos permite disfrutar cómodamente de esta maravilla natural.
No hay mayor dificultad en estos primeros kilómetros que atraviesan la senda del Cares, que divide el macizo del Cornión (Occidental) del de los Urrieles (Central). Únicamente hay que estar atento a los precipicios y las cabras. Uno de los mayores peligros en la ruta del Cares es la caída de rocas, desprendidas normalmente por el ganado caprino, que hoy día es muy escaso.
En un par de kilómetros alcanzamos los Collaos, donde vemos claramente ya el camino tallado en la roca.
En unas dos horas se llega al desvío de la Canal de Trea, justo antes del puente Bolín, donde hay una fuente para reponer agua.
El acceso a la canal está señalizado, es visible y comienza por un corto y estrecho sendero entre las raíces de unos árboles en los que quizás tengas que echar mano. En unos metros estarás caminando entre árboles siguiendo un camino evidente.
No hay duda de que la primera parte de la canal es la más cómoda: hay sombra intermitente y la pendiente aún no es muy bestia. Esta división de Trea en tres partes está solo en nuestra cabeza. Por primera parte de la canal nos referimos al tramo que hay entre la señal de inicio de Trea y la fuente del Peyu.
Notarás que una vez se deja atrás la ruta del Cares, la sensación es de paz y soledad. No es que no te vayas a encontrar alma humana, pero es una zona muy poco transitada.
La surgencia conocida como la fuente del Peyu, a 900 metros de altitud, es un verdadero oasis en el que deberías hacer un alto para comer algo, refrescarte y cargar todo el agua que puedas. Disfruta el lugar, que lo que viene después es lo más duro del día: empinado, sin sombra y sin más agua hasta el refugio de Vega de Ario.
Para pasar la fuente del Peyu hay que hacer una pequeña trepada por las rocas de la izquierda. Si hay mucha agua, quizás veas más evidente hacerlo por la parte derecha, pero cuidado porque es más complicado, no es la primera vez que han ido a rescatar a alguien ahí. Hemos pasado por la derecha y por la izquierda y esta última es bastante más sencilla.
En nuestro imaginario, una vez superas la fuente del Peyu estás ya en la segunda parte de Trea, la que te hará renegar 🙂
El camino serpentea ladera arriba y la canal cada vez se encajona más. Esta parte es agotadora y transforma las risas en suspiros, lamentos e improperios: hay mucha pendiente y se suda la gota gorda, pero también es un gran lugar para pararse a tomar aire y disfrutar, y es que las panorámicas son asombrosas.
Al echar la vista atrás vemos la enorme canal de Dobresengos, con sus tremendos 2.200 metros de desnivel. Cuanto más se sube, mejores panorámicas hay, es increíble. El problema es que llega un momento que hasta mirar atrás es un esfuerzo, la pendiente, el calor y los kilos en las mochilas se hacen notar.
Tan encajonada está Trea en esta zona que corre poco o nada de viento, así que los días de calor es muy sofocante. Por eso deberías madrugar mucho, lo agradecerás porque como casque el sol te vas a acordar de no haber hecho caso a los Animales Viajeros. Mejor salir a las 7 de la mañana que a las 9.
Seguimos ascendiendo, poco a poco, en un revoltijo de esfuerzo, sofoco y sudoración hasta que vemos el hito monumental que marca el desvío en el camino. Hay que estar atento aquí: el camino gira bajo esta aguja para entrar al pequeño valle que hay a su derecha.
El caso es que entre que ves la aguja y la has superado por el canchal de rocas a su derecha, es como si Einstein se apareciera: el tiempo se dilata de forma palpable… parece que no se acaba nunca. Pasar el canchal quizás sea uno de los tramos más pindios del día.
Pasada la aguja, comienza la tercera parte de la canal (ya sabes, en nuestra cabeza), mucho más asequible físicamente, pero algo más difícil de seguir, especialmente con mala visibilidad. Seguimos adentrándonos en terreno más calizo, con algún jou incluido. Hay que estar atentos a la señalización, que consiste en jitos y pintura en algunas rocas.
En poco tiempo se abre una hermosa vista con el Jultayu presidiendo y vemos los cortados, que superamos por la derecha.
Una vez superados los cortados, las vistas al Macizo de los Urrieles ahí arriba son dignas de un descansito.
Ya pasó lo peor y, en poco tiempo, se deja ver el collado de las Cruces, final de la canal de Trea. Collado al que se llega después de perder algo de altura.
Ya en el collado, nos queda un paseo hasta el refugio de Vega de Ario. Paseo que según las piernas puede hacerse largo. Precaución si está mojado, lo que queda es por terreno calizo atravesando lapiaz.
Siguiendo los jitos y después de un último sube y baja, ¡por fin! se llega al refugio de Vega de Ario, lugar altamente recomendable. Es fascinante cómo, a medida que te acercas al refugio, parece que vuelven las fuerzas y aprietas el paso mientras visualizas los vinitos y las lentejitas que te vas a apretar. Todo a la salud de la amiga Trea 🙂.
Si llegas sobrado de fuerzas y hace buen día, puedes subir al Jultayu (menos de 4 horas ida y vuelta), donde te esperan panorámicas excelentes al Macizo Central de Picos de Europa.
El refugio de Vega de Ario
Llegar al refugio de Vega de Ario después de subir Trea es casi como una experiencia religiosa. Es uno de nuestros lugares favoritos en Picos, donde la comida es casera y las vistas memorables. Un gran lugar para terminar un gran día.
En este enlace tienes toda la info de los refugios de Picos, cómo llegar, reservar, etc:
Consejos y recomendaciones
Igual ya se ha dicho un par de veces, pero no hay dos sin tres. Madruga, cuanto más mejor. Subir con la solana no es buena idea, se hace muy duro.
Al estar Trea encajonada entre murallones de caliza, el GPS es un objeto decorativo por momentos.
No te pierdas el atardecer que hay a poca distancia del refugio, con vistas al Cantábrico y a la sierra del Sueve.
Hemos descrito la ruta subiendo. Cuidado si la haces desde Ario a Poncebos, no te despistes porque, pasado el collado de las Cruces, al coger el inicio de la canal de Trea propiamente dicha, es fácil desviarse por el Valle Estremero. Sigue los jitos, aunque el terreno te invite a tirar por ahí.
Puedes cargar agua en el Puente Bolín y en la fuente del Peyu. Salvo que funciones en plan dromedario, lleva unos cuantos bidones, los necesitarás.
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