Circular por el tramo de la N-621 que serpentea por el desfiladero de la Hermida es una de las cosas que debes hacer en un viaje por los Picos de Europa. Y en el corazón de este espectacular y fotogénico cañón de 21 km, el más largo de España, por cierto, reposa un hotel con mucha historia, un balneario de calidad y unos baños termales al aire libre inolvidables.
El Hotel Balneario de la Hermida es un lugar para desconectar, relajarse como un titán y disfrutar del establecimiento, su gastronomía y la superlativa naturaleza que lo rodea.
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Dónde está el Balneario de la Hermida
En el valle de Peñarubia, en la comarca de Liébana, provincia de Cantabria. Llegas por el desfiladero de la Hermida y está a menos de un kilómetro del pequeño y agradable pueblo con el mismo nombre.
Si te gusta conducir, te va a encantar la carretera para llegar al balneario, es uno de los tramos más bonitos en Picos. Es una delicia de curvas que acompañan al río Deva en su viaje por el desfiladero, límite oriental de los Picos de Europa..
La historia que hay detrás
Los manantiales de La Hermida vienen utilizándose con fines terapéuticos desde antiguo, al menos desde mediados del siglo XVIII.
Al principio se tomaban baños al aire libre y en una cueva al lado del manantial. La alta afluencia de enfermos provocó que se construyera junto al manantial, en 1842, un primer edificio con baños y hospedería.
En 1881 se inauguró una galería de baños y una hospedería de importantes dimensiones, y además sumaron un parque y una ermita al conjunto.
En 1936 se iba a estrenar una novedosa galería de baños, pero el inicio de la guerra civil hizo que eso nunca sucediera. Desde ese año, hotel y balneario permanecieron cerrados hasta 2006, fecha en la que este histórico establecimiento vuelve a abrir sus puertas después de una restauración a fondo.
Un día en el Balneario de la Hermida
Llegamos al Balneario de la Hermida la tarde de un día por semana para pasar una noche. El plan era aprovechar y pasar tiempo en el hotel la tarde: es un lugar para disfrutar de las instalaciones y el entorno. Teníamos cena incluida y al día siguiente, por la mañana, disfrutaríamos del balneario y las espectaculares piscinas al aire libre.
El hotel
La primera sensación que tienes al llegar al hotel y ver el formidable edificio es muy prometedora.
El hotel es señorial, elegancia clásica en un entorno natural muy bonito: a escasos 20 metros de la puerta, las cristalinas aguas del río Deva dejan tras de sí su relajante rumor bajo los verticales paredones del desfiladero. Se respira calma.
Las habitaciones
Después de un rápido check-in subimos a las habitaciones: amplias, acogedoras, impecables y con un toque clásico. Muy bien. Hay otros dos tipos de habitaciones superiores a esta, que deben ser a todo lujo.
Tienes el kit básico de balneario con tu albornoz y una manzana como detalle. Hora de bajar a explorar el hotel y tomar algo antes de la cena.
Las instalaciones
La cafetería es agradable y cómoda, pero recomendamos comenzar la relajación con una cervecita en la terraza, donde podrás descubrir el paisaje y el balneario (estás sobre él).
Si no te apetece tomar nada, siempre te queda el elegante salón que hay al lado.
La gastronomía
Ya lo dijo Einstein aquello de que el tiempo es relativo, y cuando disfrutas pasa volando. Es la hora de cenar y pasamos al comedor, que tiene una parte con terraza acristalada. La cena estuvo muy bien y el personal, muy atento en todo momento. Comimos ensalada de jamón y micuit, alcachofas rehogadas con almejas, cordero, entrecot y mousse de mascarpone.
El balneario
Su agua medicinal con alta concentración de minerales, brota de tres manantiales a 60ºC y está indicada para varias dolencias. Lo que podemos asegurar es que uno sale totalmente relajado de sus instalaciones. Puesta a punto total.
La zona de balneario es completa, cuenta con piscinas de contrastes, saunas, pediluvio…
Pero sobre todo lo demás destaca la piscina termal activa, con sus chorros descontracturantes y sus relajantes burbujas. Además, tiene una zona exterior y unas tumbonas acuáticas deliciosas…
Nada mejor para empezar el día. Hicimos el circuito termo lúdico. Déjate recomendar por el personal para el orden del circuito, lo hacen gustosos.
Cueva termal exterior (baños exteriores)
Si el balneario nos gustó, el complejo de baños termales que han montado al aire libre nos impactó. No es para menos, semejantes baños en tan tremendo entorno es algo muy difícil de encontrar, ¿verdad?
Este circuito merece muchísimo la pena, el agua tiene un color muy apetecible y la temperatura ronda los 38ºC. Si te coincide un día de sol, como a nosotros es espectacular. Son todo sensaciones: el lugar entre montañas, el bienestar y la relajación que aporta el agua, el sol…
Comienzas en la piscina que hay al lado de la ermita y vas subiendo hasta llegar a la zona de la cueva.
El circuito por estas aguas termales exteriores dura unos 90 minutos y tiene un precio muy ajustado, a nuestro entender, para la experiencia que es. Así que aprovecha y no dejes de hacerlo.
Consejos y recomendaciones
Además de conducir por el desfiladero aquí van un par de planes cercanos:
- El cercano mirador de Santa Catalina merece una visita y admirar la panorámica del desfiladero de la Hermida.
- Si eres montañero, la canal de Urdón que va a dar a Tresviso, te va a gustar. El inicio de la canal está a 2 km del hotel.
El personal del hotel fue muy amable y atento en todo momento. Salta a la vista que cuida la calidad y se esmeran para que tu experiencia sea agradable.
El hotel tiene aparcamiento para clientes: pasado el puente, a mano izquierda.
Si estás recorriendo los Picos de Europa, no te puedes perder el desfiladero de la Hermida. Completar la visita al desfiladero con las aguas termales y/o una noche de comodidad y lujo en la Hermida, es una gran opción que no te defraudará.
Hay muchas actividades de interés por la zona como por ejemplo: visitar Potes, rutas en 4×4… puedes verlas todas aquí: actividades cerca de La Hermida.