El sendero al Fitz Roy es una hermosa y exigente ruta que sale del pueblo de El Chaltén, se adentra en el bosque andino patagónico para finalizar en la Laguna de los Tres, a los pies de las espectaculares agujas de la cadena del Fitz Roy. No exageramos al decir que ha sido uno de los mejores trekkings que hemos hecho…
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El sendero al Fitz Roy
En realidad podría decirse que hay tres senderos al Fitz Roy:
- El “auténtico”, la ruta más común y elegida es la que sale del pueblo, la que hicimos nosotros y os contamos aquí. Son algo más de 10 km en las que se tarda fácilmente unas 4 horas, esto solo la ida.
- Otra opción posible es conectar desde el sendero al Torre y tomar la ruta que pasa al lado de las lagunas Madre e Hija. Es la más larga, más de 13 km la ida; creemos también que no es la más bonita.
- La última variante, parte de una hermosa hostería, échale un ojo en este enlace: Hostería el Pilar, a la que hay que acceder en coche o remís (14 km desde El Chaltén, unos 30 minutos). En esta opción se recorren unos 8 km para llegar a la laguna, en los que se invierten poco menos de 4 horas. El principal atractivo de esta ruta es visitar la Laguna y el Glaciar Piedras Blancas.
Independientemente de donde salgas, todos estos senderos se unen cerca del campamento Poincenot, una zona totalmente agreste en la que puedes pernoctar si cargas con el equipo (únicamente hay baños).
Desde el campamento Poincenot a la Laguna de los Tres sólo quedan 2 km, pero con diferencia son los más duros.
Nuestra ruta a la Laguna de los Tres
Una ruta dura (sobre todo en invierno) de poco más de 20 kilómetros y unos 1.000 metros de desnivel (positivo y negativo). No tenemos otra palabra para definirla que espectacular, se camina entre tremendos paisajes patagónicos que compensan con creces el esfuerzo.
De El Chaltén a la Laguna Capri (kilómetro 4)
La ruta comienza bien, a 1 km del pueblo se llega al mirador del río de las Vueltas con unas panorámicas escandalosas del valle por el que discurre este río, que fluye del lago del Desierto, al Norte, hacia el lago Viedma.
El río de las Vueltas debe su nombre a la cantidad de meandros que dibuja en su recorrido.
Era finales de invierno, un 15 de septiembre, por lo que no madrugamos excesivamente, nos dijeron los guardas que habría hielo al amanecer. Comenzamos la ruta unos minutos antes de las 9.
Los dos primeros kilómetros son de subida y se gana rápidamente altura atravesando un terreno alterno de bosque y claros que, por momentos, arrojan vistas a la cadena del Fitz Roy, aún lejana.
Pasado el tercer kilómetro, el camino se bifurca y hay que escoger entre seguir por el mirador del Fitz Roy o la laguna Capri, también con vistas al grupo de montañas. Lo normal es hacer uno a la ida y otro a la vuelta (si se vuelve por el mismo sendero).
No esperábamos demasiado de la laguna Capri, así que nos llevamos una buena sorpresa. En la época que fuimos, la laguna estaba aún congelada y crujía continuamente con el calor de la mañana, fue increíble escuchar el hielo. Disfrutamos de este momento en total soledad, además el día era luminoso y las vistas al Fitz Roy… inolvidables. Dimos un pequeño paseo por la orilla; consejo: a la izquierda del sendero hay bonitas vistas.
Nos costó mucha fuerza de voluntad dejar este lugar tan especial, pero así son las cosas y después de 45 minutos allí, continuamos camino.
La ruta al campamento Poincenot (kilómetro 8)
Habíamos recorrido ya 4 km y quedaban otros 4 hasta el campamento Poincenot. Al bordear la laguna, el camino recorre bosque durante un breve trecho para después salir a cielo abierto, en un sendero rocoso al principio y luego menos accidentado.
Aproximadamente un kilómetro antes del campamento Poincenot, se puede conectar con el sendero del Torre, pasando cerca de las lagunas Madre e Hija.
Seguimos camino. Poco después se cruza un riachuelo por un puente de tablas para acceder a una zona boscosa y llegar al campamento Poincenot, muy cerca del río Blanco, que desemboca en el de las Vueltas.
El campamento lleva el nombre de un alpinista francés, que murió ahogado en la expedición que intentó conquistar la cima del Fitz Roy por primera vez. También lleva el nombre de Poincenot la segunda aguja más alta de la cadena de montañas, la que más sobresale justo al sur del Fitz Roy (a la izquierda en las fotos) y podrás ver de cerca más tarde.
El ascenso a la Laguna de los Tres (kilómetro 10)
De Poincenot a la laguna de los Tres sólo nos separan 2 km, con 400 metros de desnivel en el último… se tarda una hora si el camino está en buenas condiciones. Como indica el cartel de abajo, no se recomienda ascender con nieve o hielo. Nosotros lo hicimos, y por ello podemos corroborar que el cartel tenía razón.
El primer kilómetro puede definirse como de aproximación, primero se cruza el río Blanco y se comienza la subida poco a poco.
La parte final es realmente empinada y dura, con mucha piedra suelta en la morrena de un antiguo glaciar. Se asciende muy directamente y, cuando parece que por fin se corona, pues no, aún falta otra pequeña subida. El camino es duro pero perfectamente asumible, subiendo a tu ritmo y con condiciones favorables. No como las que tuvimos nosotros, hubo lugares en los que nos enterrábamos hasta la rodilla en la nieve, y, por momentos, éramos incapaces de agarrarnos con nuestras botas de trekking en la empinada subida, debido al hielo. En algunas partes tocó ascender a 4 patas para no resbalar pendiente abajo, vimos a gente desistir y dar la vuelta al poco de empezar a subir.
Al llegar a la laguna comprende uno porque la llaman de los Tres: los tres picos principales con sus collados y agujas más bajas presiden este mundo de hielo, con la laguna a sus pies. El lugar perfecto para comer y reponerse de la subida. Hermoso con la laguna congelada y cubierta de nieve.
Si vas en invierno (aunque también te puede ocurrir en otra temporada), te puede pasar como a nosotros, y encontrar mucha nieve en el camino. El último tramo de 1 km fue sobre nieve, y hielo, así que son totalmente recomendables los crampones y polainas. Ese día el sol fue intenso lo que nos ayudó para tener menos hielo, al menos hasta la parte final, pero esto dependerá de la meteorología.
Si quedan fuerzas, se puede bordear la laguna de los Tres y llegar al mirador de la laguna Sucia y el glaciar que lleva el mismo nombre. Nosotros desistimos, las condiciones eran totalmente adversas, y ya habíamos hecho más de lo que teníamos pensado, debido a la gran cantidad de nieve y hielo que había allá arriba.
Eso sí, disfrutamos de estar en ese increíble lugar en soledad, muy pocas personas subieron a la Laguna de los Tres ese día. Tras reponer fuerzas aún quedaban 10 kilómetros de vuelta. No íbamos muy bien de tiempo ya que oscurecía temprano, así que deshicimos el camino bajando con mucho cuidado al principio, por momentos echando el culo al suelo (a la nieve y al hielo mejor dicho) para intentar no deslizarnos ladera abajo.
La vuelta a El Chaltén
Volvimos a El Chaltén recorriendo la misma ruta por laguna Capri, y es que la experiencia de unas horas antes nos hizo olvidarnos del mirador. No fue el mismo espectáculo, el sol de la mañana ya no estaba y la laguna no crujía, aunque fue bonito igualmente.
Hay una zona de acampada a los pies de la laguna Capri, no dudamos de que la visión del amanecer con el Fitz Roy teñido de rojo, debe ser inolvidable.
La caminata de vuelta se hace mucho más ligera, mayormente cuesta abajo, por lo que se tarda menos que en la ida. Principal inconveniente: el barro. Las zonas más transitadas estaban muy blandas y se hundían los pies; en muchos lugares no queda otra que bordear el camino.
Recomendaciones
Hay una variante que nos gusta y de volver a subir a la laguna de los Tres sería la que haríamos: comenzar la ruta en el Pilar, hasta Poincenot y de allí a la laguna, para poner rumbo al pueblo por el sendero más clásico pasando por la laguna Capri o el mirador. Para hacerlo así habrá que coger un remís en el pueblo de El Chaltén para llegar a la hostería.
Si se sigue el mismo trayecto que realizamos nosotros, recomendamos, sobre todo si hace buen día, pasar por la laguna Capri por la mañana, tiene una luz especial.
El barro puede ser un engorro, así que, si no quieres terminar con los pantalones llenos, no es mala idea llevar unas polainas que lleven la peor parte.
Muy recomendable llevar varias capas de ropa para ir poniendo y quitando según la necesidad, la meteorología puede cambiar en un muy corto período de tiempo. No olvides comida y agua (en principio la del Parque Nacional es potable) ni la crema solar.
No debería hacer falta decirlo, pero como vimos gente en playeros en el sendero… no te olvides tus botas de montaña, son impresncindibles.
No es mala idea llevar unos prismáticos o similar para poder ver de cerca animales si hay suerte, glaciares o lo que te apetezca fisgar. Merece la pena cargar con el peso.
Como fue nuestro caso, si hay nieve y hielo en el último kilómetro para llegar a la Laguna de los Tres, ten muchísimo cuidado, el terreno se pone bastante peligroso. Nosotros subimos, pero no os podemos recomendar que lo hagáis, medir bien vuestras fuerzas y ser conscientes de vuestras posibilidades. Y de hacerlo, muy importante llevar crampones, nosotros no lo hicimos y sufrimos más de la cuenta.
Déjate caer por el Centro de Visitantes Guardaparque Ceferino Fonzo o la Oficina de Información para conocer el estado de los senderos.
Conclusión
Si acompaña la meteorología este es un trekking obligado, seguramente la joya de la corona de la capital nacional del trekking argentino. Si se va varios días a El Chaltén, creemos que dejar esta ruta para el día con mejor previsión meteorológica es buena idea. Nosotros la disfrutamos un montón y la recomendamos superlativamente.