No se puede entender Asturias sin hablar de la minería y su Patrimonio Industrial. Y es que ya lo dice la canción: “verde de montes y negra de minerales“.
Orígenes de la minería del carbón en Asturias
Las primeras explotaciones de carbón datan de finales del siglo XVI, concretamente 1593, cuando Felipe II autoriza a fray Agustín Montero mediante una carta a extraer carbón en Arnao (Castrillón). Fue el pistoletazo de salida para que los asturianos solicitaran permisos para abrir explotaciones “artesanales”, en ocasiones tan pequeñas que solo alimentaban una fragua.
No fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII cuando se desarrolló la actividad industrial del carbón.
Qué hay debajo de la tierra en Asturias
Pues un auténtico laberinto con 5 mil kilómetros de túneles, con profundidades de hasta 2.000 metros. Una cifra difícil de digerir, ¿verdad? Todo ello llevó más de 260 años de labor, donde trabajaron más de 400.000 trabajadores en total. También se superaron los 5.000 muertos en accidentes relacionados con la minería…
Nuestro presente, reflejo de nuestro pasado
Entender el pasado de la minería del carbón en Asturias es clave para entender nuestro presente, tanto a nivel social, económico, industrial e incluso político y demográfico. Vamos, que la Asturias de hoy, comenzó a fraguarse hace años bajo tierra.
Visitar una mina en Asturias
Desde hace algún tiempo es una de las actividades más llamativas en nuestra tierrina. Por ello hoy te hablamos del Centro de Experiencias y Memoria de la Minería de HUNOSA, CEMM y del Pozo Sotón. Dos visitas imprescindibles.
Dónde están el Sotón y el CEMM
En Sotón, Linares, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio. Se encuentra dentro de la Mancomunidad del Valle del Nalón, formada por los concejos de Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Sobrescobio y Caso.
Centro de Experiencias y Memoria de la Minería de HUNOSA, CEMM.
La visita
El Centro se ubica en el edificio de Lampistería y Casa de Aseos del Pozo Sotón. Este es uno de los pozos mineros del carbón más emblemáticos de Asturias.
Durante el recorrido comprenderás la historia de la minería y de HUNOSA (empresa pública que es propietaria del pozo) de una manera amena, visual y, por momentos, teatralizada.
Una visita casi obligada al menos una vez en la vida, tanto para asturianos como para quien nos visita de fuera y quiera entendernos mejor. Verás el duro trabajo, en muchos casos penoso, que realizan tanto hombres como mujeres. Y es que había muchas mujeres ligadas a los trabajos de la mina, eso sí, con sueldos muy inferiores.
Mónica, la guía del CEMM nos cuenta el proceso del día a día en la mina, desde que entraban a la Lampistería, zona donde recogían su casco y lámpara antes de bajar.
En los primero años, una de las formas de saber si un minero no había vuelto de la mina, era ver que en la Lampistería no había devuelto sus utensilios. Funesta señal en demasiadas ocasiones.
De la Lampistería pasamos a la casa de los aseos, donde se cambiaban de ropa. Aquí dejaban su mono de trabajo, colgada para que secara lo máximo posible para volver a enfundarla al día siguiente. Durante los años duros, tan solo se tenía una funda de trabajo para toda la semana laboral; el último día de semana se llevaban a casa para que, normalmente la mujer, lo lavara a mano.
Verás también representada la casa de socorro (enfermería), que se empezaron a instalar en los pozos a finales del siglo XIX. Y te explicarán que la sanidad fue una de las formas de fidelizar a sus empleados que utilizaron las compañías mineras, intentando normalizar el trabajo de aquellos díscolos asturianos que además de la mina tenían la huerta, el ganado y mucho trabajo para salir adelante, con lo que solían ausentarse en época de cosecha.
Finalmente hay una emotiva exposición fotográfica, con la mujer como protagonista principal.
El papel de la mujer en las minas
Sabemos que a priori se suele pensar que era un trabajo exclusivo de hombres. Pero no, la realidad fue otra.
Las mujeres tuvieron papeles imprescindibles en las minas, y trabajos que hoy denominaríamos como muy penosos, pero han sido las grandes olvidadas. ¿Por qué? Porque en muchos casos se veían arrastradas a realizar estos trabajos, generalmente porque sus maridos sufrían accidentes o morían en la mina, y ellas entraban a suplirles, pero sin quedar registrado laboralmente su contrato. Se las conocía como mujeres sin hombre. No eras Carmina, o Ana, eras una mujer sin hombre…
También se encargaron de otras labores relacionadas con las minas, como empleadas de economatos, telefonistas, labores de lavandería… Obviamente, en aquella sociedad, además de trabajar fuera de casa, luego tenían por delante el trabajo del hogar, la familia, animales…
Siente la experiencia
A lo largo de las diferentes salas de la visita puedes interactuar con los materiales y utensilios, escuchar los ruidos de la mina, tocar instrumentos, e incluso atisbar como los mineros se movían en plena oscuridad y con ruidos estrepitosos.
La parte exterior
La visita continua en el exterior, donde hay máquinas y diferentes utensilios utilizados en la mina.
Hay también una zona muy especial, donde se homenajea a los fallecidos en la mina, un lugar de culto y respeto máximo.
Tipos de visita
Hay varias maneras de visitar el CEMM, además de la habitual:
- Teatralizada: previa reserva puedes disfrutar durante hora y media con Carmina, telefonista del Pozo Sotón y mujer de Gelín, picador. Sin duda una manera diferente de recorrer el pasado asturiano, y seguro te hará recordar muchas anécdotas vividas en primera persona. Es la que nosotros hicimos y la recomendamos.
- Escape Room: mediante la lógica, destreza, habilidad y tus conocimientos deberás poder salir de una de las instalaciones del Pozo.
Tarifas y horarios
Puedes consultarnos totalmente actualizados en su web CEMMinería.
Visitar el Pozo Sotón
El Sotón está al lado del Centro de Experiencias y Memoria de la Minería de HUNOSA, CEMM.
Es el primer Pozo abierto para visitar del mundo, desde 2015. Una audaz apuesta turística que te sumerge directamente en la mina… Con nada más y nada menos que 140 kilómetros de galerías recorrerás algunas de ellas, bajando hasta los 600 metros.
Hay dos tipos de visita, de distinta duración. Aquí no hay nada teatralizado: bajarás en la jaula con mineros de verdad que aseguran una experiencia divertida y lo más fiel posible a la realidad. Importante: la visita requiere el cumplimiento de unas determinadas condiciones físicas.
Puedes ver toda la información aquí. ¿Te atreves a bajar? Otro día te lo contamos.