Las cascadas de Oneta, declaradas Monumento Natural en el año 2001, son el claro ejemplo de las maravillas naturales que tenemos la suerte de disfrutar en nuestra verde y amada Asturias.
CONTENIDO DEL ARTÍCULO
Dónde están las cascadas de Oneta
Encontrarás las cascadas de Oneta cerca de la aldea de Oneta, municipio de Villayón, en el Parque Histórico del Navia, Asturias.
Cómo llegar a las cascadas de Oneta
Lo más habitual es que accedas desde Navia. Hay unos 20 kilómetros, aproximadamente 25 minutos por carretera hasta Oneta.
Dónde aparcar
En el mismo pueblo de Oneta, justo al lado del comienzo del camino que nos llevará a las cascadas, hay un amplio aparcamiento.
Dónde dormir
Navia es un pueblo perfecto para crear tu campamento base, la Casona Naviega, nos parece una excelente opción.
Pero si prefieres otra zona, aquí te mostramos más alojamientos: dónde dormir en Asturias.
Ruta Cascadas de Oneta
Es un conjunto de 3 saltos de agua sobre el rio Oneta, denominados Firbia, Ulloa y Maseirúa.
Características de la ruta a las cascadas de Oneta
- Dificultad: baja.
- Distancia: 3 kilómetros ida y vuelta hasta la segunda cascada.
- Desnivel: 130 metros, aproximadamente.
- Inicio y fin: Oneta.
- Tiempo total: 1 hora y media ida y vuelta, a paso más que tranquilo y haciendo paradas.
- Tipo de ruta: lineal, vas y vuelves por el mismo camino.
- Niños: sí, perfecta para iniciarse a caminar.
- Adaptada: no está adaptada para sillas ni carritos de bebé.
- Nota: todo lo descrito es bajo nuestro punto de vista y experiencia. No nos hacemos responsables de las decisiones que cada uno pueda tomar.
El recorrido a los saltos de agua
La ruta, o el paseo más bien, se inicia a la salida del pueblo de Oneta, una vez pasados la Ermita de Santa María de Oneta y el albergue. Aquí, hay un cruce de caminos, donde un cartel marca el comienzo, que en sus primero metros es un camino entre praderas. “Praos”, los llamamos en Asturies.
Finalizada esta primera parte, desciendes por un sendero de tierra, donde enseguida escucharás el río Oneta. Verás los restos de un antiguo molino de agua y sin darte cuenta te verás inmerso en la vegetación del lugar, destacando los fresnos, robles, alisos y castaños. Sí amigos, esto es Asturias.
En media hora te plantas en la primera cascada, Firbia, la más accesible y alta, con un salto de agua de más de 20 metros (eso marcan los carteles informativos). El salto rompe en un pozo perfecto de aguas cristalinas.
La Firbia es la cascada más frecuentada y en la que encontrarás más gente. Fuimos en pleno agosto, corría muy poca agua, como puedes ver en las fotos.
Esta primera parte de la ruta está perfectamente señalizada y muchos deciden quedarse ahí y no llegan más allá. Os animamos a ir, al menos, hasta la segunda cascada, la de Ulloa; el camino no tiene ningún peligro y es un pequeño paseo.
Para llegar a Ulloa tenemos que volver sobre nuestros pasos, hasta el punto donde está el camino de tierra con el río. Hay que pasar al lado del Molín d’Abaxo, siguiendo el curso del río, del que en su día se abastecieron los molinos que había en la zona.
El camino va ahora por una senda entre muretes de piedras, que es el antiguo cauce de agua que transcurría entre los molinos.
Posteriormente, tomamos un acceso algo peor que a la primera cascada, pero sin mayor dificultad. En pocos minutos estarás en la cascada Ulloa, con un salto de agua algo más pequeño, pero no de menor belleza. De Firbia a Ulloa hay unos 20 minutos.
Aquí, normalmente hay menos gente, nosotros estuvimos un buen rato solos (en pleno agosto y fin de semana). Algunos no pudimos resistirnos ante tan cristalina agua y tan idílico lugar, así que nos dimos un chapuzón. Aunque era pleno verano, estaba fresca el agua. Esto siempre es subjetivo, algunos dicen que, los asturianos, al frío lo llamamos fresco :-).
Entre disfrutar del lugar, baños y alguna foto, se nos hizo tarde. Al tener reservado para comer no pudimos intentar llegar hasta la tercera cascada, Maseirúa, la más pequeña. Por lo que sabemos, no es fácil encontrar el camino y es algo más complicado llegar.
Cuándo ir a las cascadas de Oneta
- A las cascadas de Oneta, al menos a la Firbia y Ulloa, por su baja dificultad y buena situación, se puede ir en cualquier época del año.
- Nuestra época favorita es el otoño, un periodo muy bonito ya que a las cascadas, les acompañan los bellos colores del bosque.
- El verano, por un lado, es la estación con menos agua en el río, ya que suele llover menos. Y por el otro, también es cuando más gente hay.
En primavera e invierno suele haber más agua y menos gente, especialmente en la última.
Conclusiones y recomendaciones
- Sobre todo si vas en verano, madruga, así evitarás ir en “hora punta”.
- Si generas algún residuo, no olvides traértelo de vuelta a casa. ¡Cuidemos el paraíso!
- Es una ruta muy corta, perfecta para combinarla con alguna otra visita. El occidente asturiano guarda preciosos secretos.
- Si te gustan las rutas por nuestra tierrina, no dudes en consultar las que tenemos en el blog: Rutas en Asturias.
2 comentarios
Muchas gracias por la publicación desde el Ayuntamiento de Villayón. Está descrita tal cual. Maravillosas!! Si vas una vez, repetirás.
Muchísimas gracias por el comentario Estefanía. Sin duda, repetiremos, el entorno es espectacular.