Las Médulas es un paisaje que no deja indiferente: sus formas, colores, entorno y el hecho de que haya sido creado por la mano del hombre, hacen de este lugar un enclave único.
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¿Dónde están Las Médulas?
En Castilla y León, más concretamente en la comarca de El Bierzo, en la provincia de León y en la localidad con el mismo nombre de la explotación, Las Médulas (municipio de Carucedo).
Un poco de historia
¿Qué son Las Médulas?
Las Médulas es un paisaje creado por la mano del hombre. Fue la mayor explotación minera de oro a cielo abierto en toda la historia del Imperio Romano.
¿Cuánto tiempo fueron explotadas las minas por los romanos?
No hay datos exactos, aunque parece que la explotación comenzó en la época del primer emperador, Octavio Augusto, en el siglo I a.C.. Posteriormente, llegó a su máximo rendimiento durante el reinado de Trajano, el primer emperador hispano, y finalmente, la mina fue abandonada en algún momento del siglo III d.C..
La zona arqueológica es, desde 1997, Patrimonio Mundial de la UNESCO.
¿Cómo se originó este peculiar paisaje?
La elección del lugar para explotar las minas no fue casualidad. Había abundante arcilla lo que favoreció la explotación, además de agua y pendientes, para poder hacer uso de la fuerza hidráulica.
El paraje es fruto del método con el que los romanos explotaban las minas de oro, conocido como Ruina Montium.
¿Qué es el Ruina Montium?
Consiste en la técnica empleada en extraer el oro derruyendo, literalmente, la montaña. El motivo es que la mayoría del oro no estaba en superficie, sino en un estrato inferior. No cabe duda de que los romanos eran gente tenaz, obtuvieron entre 5 y 6 toneladas de oro (en la Antigüedad era una buena cantidad), y para extraerlo prácticamente desintegraron la montaña.
Para poder acometer esta desmesurada tarea en la antigüedad, construyeron una red de canales con los que conseguían traer agua de montañas más altas y almacenarla en lo alto de aquellas que tenían pensado derruir.
Excavaban túneles sin salida en el interior del monte, para posteriormente inundarlos. El agua, al anegar violentamente las galerías, ejercía una presión sobre el aire que había en ellas, haciendo que la montaña explotase, y creando así el hermoso paisaje que hoy conocemos como Las Médulas, que no es otra cosa, que los restos de los montes que los romanos hicieron estallar para seguir alimentando las arcas y el poder del Imperio.
Cuándo ir a Las Médulas
Cualquier momento del año es perfecto para hacer una visita, pero creemos que hay dos épocas que son más propicias para poder disfrutar y obtener un mayor partido de la visita.
Al inicio del otoño o en la primavera, en principio ni aprieta el calor del verano, ni sufrirás las inclemencias del invierno. Si tenemos que elegir una época en concreto, el otoño es perfecto, los colores se encuentran en su máximo esplendor. Es un lugar con gran cantidad de árboles, sobre todo encinas, castaños y robles, que toman un tono espectacular en otoño. No olvides llevar espacio en la cámara para hacer unas cuantas fotos.
Cada estación del año le da un toque especial a la visita a Las Medulas. En invierno durante días, la nieve cubre el paraje, y hace un contraste digno de ver, el blanco de la nieve con el rojizo de los montículos, produce un contrataste muy bonito.
En la primavera y verano se llena de vida, de frondosidad. También son las épocas con más visitantes.
Puntos de información en Las Médulas
Si antes de comenzar el recorrido tienes alguna duda o bien quieres información, en el pueblo de Las Médulas dispones de:
- Centro de recepción de visitantes de Las Médula. Está justo donde comienza la Senda de las Valiñas, en la calle principal, después de pasar la iglesia. Aquí dispones de información sobre qué ver, qué hacer, rutas, visitas guiadas…
- Aula Arqueológica de Las Médulas. Un pequeño museo donde muestran toda la información acerca de cómo se explotaron las minas y la compleja manera de hacerlo mediante el Ruina Montium.
Rutas en Las Médulas
Por el paraje de Las Médulas hay muchos caminos y rutas para satisfacer las ganas de caminar y la dificultad a la que cada uno quiere exponerse. Recomendamos hacer, al menos, una de las rutas e ir también al mirador de Orellán.
Ruta de Las Valiñas
Quizá la más escogida, comienza en el pueblo de Las Médulas, al lado del Centro de recepción de visitantes. Es una ruta circular, de unos 4 kilómetros, y prácticamente carece de desnivel, por lo que es muy fácil de completar. En modo paseo, en una hora realizas todo el recorrido, algo más si eres de los que te paras a disfrutar del entorno y a realizar alguna que otra foto, el paisaje lo merece.
Además, el paseo transcurre entre castaños y robles. Concurre por una de las zonas de las mina explotadas, y accederás a puntos de interés tales como la fuente de la tía Viviana o las cuevas de La Encantada y La Cuevona. Estas dos cuevas, a escasos metros una de otra, muestran claramente la técnica empleada y el trabajo romano: en su momento fueron túneles dispuestos a estallar, pero no llegaron a hacerlo.
Ruta Perimentral
Es la ruta más completa y extensa en Las Médulas, con una longitud de unos 14 kilómetros, también circular. Es algo más exigente que las demás, pero tampoco demasiado. En esta senda, podrás obtener información sobre cómo se formaron las Medulas, el funcionamiento de las minas romanas y la importancia del agua en la extracción del oro.
Se puede comenzar la ruta desde varios puntos. Lo más habitual es empezar desde el Centro de visitantes, en dirección al Mirador de las Pedrices, que está a unos 4 km del punto de partida. La senda transcurre por el Campo de Braña, el Canal de Pena Escribida, el Mirador y Galería de Orellán. Desde éste se desciende hasta Carucedo, donde tienes la opción de visitar el lago, el cual se formó por los sedimentos que fueron arrastrados por el agua.
Senda de los Conventos
Esta senda, de unos 4 kilómetros, se puede comenzar desde el Mirador de Orellán o bien desde el Aula Arqueológica, se aconseja realizarla junto con la senda Perimetral o La Senda de Reirigo. En ella podrás conocer otras maneras de explotación minera menos conocidas que la “Ruina Montium”, además de observar el sistema de la red hidráulica.
Lago Sumido
Recorrido muy corto y fácil de aproximadamente 3 kilómetros ida y vuelta que se toma cerca de la iglesia del pueblo de Las Médulas. El lago Sumido se formó por un canal de lavado en la búsqueda del oro. En ella visitarás los diferentes lagos que se fueron formando. Puedes completar esta ruta visitando el Mirador de Chao de Maseiros, desde el cual podrás deleitarte con unas muy bonitas vistas.
Ruta de los Poblados
Una senda de unos 4 kilómetros de fácil ejecución en la que se recorrerás el poblado metalúrgico de Orellán y los castros prerromanos de El Castrelín de San Juan de Paluezas y el de Borrenes.
Ruta de Reirigo
De unos 5,5 kilómetros y 3 horas de duración, esta ruta sea quizá la que más esfuerzo conlleve. No es para profesionales, ni mucho menos, pero sí que exige tener un mínimo de forma física. Dejado atrás el Mirador de las Pedrices, puedes comenzar esta ruta. Ofrece unas impresionantes vistas panorámicas.
Mirador de Orellán
Contemplar las vistas desde este mirador hace que la visita ya merezca la pena. Será uno de los mejores momentos en tu recorrido por Las Médulas, ya que desde él se tiene la mejor panorámica de este paisaje. El atardecer o el amanecer son los momentos óptimos para contemplar este magnífico legado de la codicia humana.
Puedes acceder a pie desviándote desde alguna ruta, como la Senda Perimetral o la de Las Valiñas, o bien en coche, desde un parking que hay cerca del pueblo de Orellán y desde el cual tan solo caminarás unos 500 metros, con un poco de pendiente.
Galería de Orellán
Al lado del Mirador de Orellán, está la Galería de Orellán. El precio de acceso es de 3€ por persona e incluye un casco para prevenir golpes, ya que el techo de la galería no es muy alto.
Lo curioso de esta galería es que no explotó, permanece intacta por lo que te puedes hacer una idea más real de lo que fue el método romano para destruir la montaña y poder conseguir oro ayudados de la fuerza del agua. Hay dos túneles, uno de ellos desemboca en un impresionante mirador.
Gastronomía y alojamiento
La zona tiene gran variedad de platos locales, sabrosos y contundentes. La gastronomía es en sí misma ya un foco de atracción turística a Las Médulas. Algunos de los productos típicos son:
- Vino del Bierzo, con unas características peculiares, por el lugar donde se encuentran los viñedos.
- El botilllo, un embutido que proviene del cerdo.
- La cecina de León.
- Pimiento asado.
- La castaña, la cual es utilizada en muchos platos tanto salados como dulces.
Respecto al alojamiento, hay una amplia variedad de hoteles y casas rurales, nosotros os recomendamos O Palleiro do Pe do Forno que se encuentra en Orellán.
Totalmente recomendado: la dueña es muy amable y se preocupa de que tengas una estancia agradable, las habitaciones son correctas y la comida tremenda (y a buen precio).
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Recomendaciones
Nosotros visitamos el Mirador y la Galería de Orellán accediendo en coche y de manera independiente a las rutas a pie. Creemos que acertamos, porque el mirador y la galería llevan su tiempo, para poder disfrutar del lugar y verlo todo de manera tranquila.
Por el contrario, si llegas a pie desde otra ruta, quizá no les dediques la atención que requieren, por seguir con la caminata principal y que no se te vaya el tiempo de las manos.
En nuestro caso, fuimos a Las Médulas un fin de semana que volvíamos de Ourense, llegamos al mirador y las cuevas por la tarde. A la mañana siguiente hicimos la ruta. Por la noche había nevado bastante (finales de Octubre), y por miedo a no poder volver a Asturias, tuvimos que cambiar sobre la marcha y hacer la ruta de las Valiñas en lugar de la Perimetral. Lo suyo es hacer una de las rutas largas que incluyen bonitas panorámicas.
Si tenemos que decantarnos por un mes en concreto, Octubre es un mes fabuloso, por su temperatura y colores, para descubrir este paisaje.
Por otro lado, aconsejamos que, al menos una noche, pernoctes por la zona. Merece la pena disfrutar del amanecer y atardecer. No os defraudarán Las Médulas, un lugar con una historia peculiar, que ha creado un entorno realmente bonito, que merece una buena exploración en forma de caminata.