Si visitas Las Médulas, aconsejamos dormir por el entorno. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: el lugar es muy bonito y merece, al menos, una noche. Las Médulas es un buen sitio para olvidarse de las prisas, hacer una de las rutas por los alrededores y también disfrutar de la gastronomía local. Gran opción para un fin de semana.
En este artículo contamos todo para una visita a las Médulas.
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Alojamiento en las Médulas: O Palleiro do Pe do Forno
Hay bastante oferta, de alojamiento y gastronómica, pero nuestra recomendación es la siguiente: en el pueblo de Orellán se encuentra O Palleiro do Pe do Forno, un hotelito rural con mucho encanto.
Situado en un entorno único, con unas preciosas vistas al Bierzo, está a unos 3 kilómetros del Mirador de Orellán.
O Palleiro do Pe do Forno está regentado por Isabel, que hará que te sientas como en casa desde el primer momento gracias a su amabilidad, buen trato, paciencia y hospitalidad. Se agradece encontrar lugares así, donde sus dueños derrochan toda su pasión y mimo por el huésped.
Las habitaciones son confortables y acogedoras, sin grandes lujos, pero muy limpias y perfectas para descansar. Lamentablemente, no tenemos fotos del interior pero os dejamos el enlace para reservar en Booking dónde podéis ver más fotos del hotel. En calidad precio, esta casa rural puntúa muy alto. La nota que le dan los usuarios es sobresaliente, más de 9.
Pulsa en este enlace para ver en detalle y reservar tu estancia en O Palleiro.
Para los más frioleros: cuando nosotros estuvimos hizo mucho frío, incluso nevó y la calefacción cumplió su cometido perfectamente.
Comer en las Médulas: O Palleiro do Pe do Forno
El propio O Palleiro do Pe do Forno tiene bar y, pero hay que resaltar sobre todo su restaurante, con una bonita decoración rural. Ofrecen comida casera de excelente calidad con algunos platos inspirados en antiguas recetas romanas. Y todo esto, a unos precios más que ajuntados.
No disponen de una carta como tal, sino que te dicen los platos que tienen ese día. Pedimos todo para compartir: puerros con salsa de mostaza, que estaban tremendos, aún nos relamemos con el recuerdo.
Posteriormente llegó el lacón, una ración muy generosa y sabrosa y por último una de sus especialidades, un plato basado en una antigua receta romana, lomo con guisantes, todo ello muy especiado.
Nos encantaron los tres platos: sabrosos, sencillos, de calidad y caseros. Todo ello regado con un excelente vino del Bierzo que Isabel nos recomendó. Incluso pedimos tarta de queso. No solemos pedir postre, somos de los que preferimos comer un plato de más y no dejar hueco para el dulce, pero viendo lo estupendo de todos las viandas no nos pudimos resistir a disfrutar de un postre. Fue un acierto, una tarta de queso de las buenas buenas. Y todo ello por poco más de 30€.
También dan desayunos, abren a las 9:15, para comenzar el día con energía.
Conclusión
Tuvimos una estancia y una cena de lujo, la amabilidad de Isabel realmente es un plus. A un paso del mirador de Orellán y a un paseo en coche de las Médulas. Recomendado totalmente, volveremos seguro.