Con permiso del resto de jardines de las delicias asturianos, quien ha puesto un pie en Somiedo sabe que ocupa una notoria posición entre nuestros parajes más agraciados.
Añádele su preservada y abundante fauna, alguna de gran tamaño. Y agrégale dormir bajo las estrellas en unas condiciones perfectas, sin contaminación lumínica. Agita fuerte la coctelera porque de aquí sale una experiencia única, para sentirte vivo y pequeño en la naturaleza y que, seguro, recordarás el resto de tu vida. ¿Te animas?
Dormir en Somiedo
Recomendamos pasar varios días en Somiedo y conocer a fondo el parque, que bien lo merece. Si es tu idea, por nuestra experiencia el Hotel Casa Miño, en Pola de Somiedo, es una de tus mejores opciones para alojarte.
CONTENIDO DEL ARTÍCULO
Somiedo es un lugar único
Somiedo fue el primero de los parques naturales asturianos en ser creado, allá por 1.988. Sus límites coinciden con el concejo del mismo nombre y es Reserva de la Biosfera desde el año 2.000.
Somiedo es conocido por su inigualable naturaleza y diversidad natural, por sus valles repasados por glaciares hace milenios, que dejaron atrás espléndidos lagos y exquisitos paisajes. Pero Somiedo es más que eso. Es un ejemplo de conservación, donde osos y lobos conviven en relativa y admirable armonía con la humanidad, que desarrolla una actividad económica de los recursos sostenible y compatible con la conservación del medio. Estamos en un concejo en el que el oso hace tiempo que dejó de ser el enemigo, para formar parte de la identidad cultural.
Somiedo es también un lugar con un importante patrimonio etnográfico, donde podemos disfrutar de los vestigios de una actividad tradicional, la trashumancia, a través de sus brañas y su icono más reconocible: las fotogénicas cabañas de teito de escoba, usadas antaño como vivienda.
Hoy día se practica una trashumancia de corto recorrido, subiendo el ganado a los puertos en verano y bajándolo de nuevo a los valles para pasar el invierno.
Con quien hacer el vivac
Con Somiedo Experience, solo ellos ofrecen esta experiencia en un entorno único y con grupos reducidos. Sofía y Jorge son los fundadores de esta empresa de turismo activo, y lideran un grupo humano cercano y profesional junto con Roberto, Antonio e Iso.
Expertos en avistamiento de animales, con el oso como estrella rutilante, han añadido esta colosal experiencia del vivac a su catálogo no hace mucho. Ya hemos hecho más actividades con ellos y son 100% recomendables, gente maja, experta en el medio que hace las cosas de una manera profesional. Para el recuerdo queda aquella mañana con Sofía en la que tuvimos el regalo de ver seis osos:
La experiencia del vivac en Somiedo
Si no conoces la zona, llegar al lugar de reunión ya es toda una experiencia: la carretera del puerto de San Lorenzo (subas por el lado que subas) es sinuosa y disfrutona, avanzando entre verdes y escarpados paisajes. No es casualidad que atraiga a tanto motero.
La ruta hasta la braña
Nos recibió Jorge con una sonrisa y nos explicó que teníamos por delante una caminata de dos o tres horas, con promesa de brañas y tremendas panorámicas. El destino final es un teito del que llevábamos tiempo escuchando hablar. Los rumores eran de un lugar escogido en plena naturaleza; uno de esos sitios en los que la gente a la que le gusta la naturaleza encuentra su lugar soñado.
Comenzamos a caminar en los lindes de los concejos de Somiedo y Teverga. A los pocos metros estamos rodeado de ganado, que nos otea con desgana.
El Camín Real de la Mesa
El primer trecho de la ruta lo hacemos por el Camín Real de la Mesa (GR-101), que discurre por el Alto de San Lorenzo, Alto La Magdalena, Braña la Mesa y Torrestío. Nos pareció tan bonita esta zona que seguro volveremos para dedicarle unos días y completar este GR.
El camino es en ascenso al principio, pero es una ruta fácil. Entramos en una zona boscosa de acebos y hayas, mientras que el paisaje no tarda en hacerse notar, aunque lo mejor está por venir.
Pasamos por las praderías de Piedraxueves donde, al ser julio, había gente a la hierba.
Atravesamos zonas ganaderas donde es fácil encontrar mastines. Hoy estaban a lo suyo y no nos dieron tormento. Es más, uno incluso nos escoltó amablemente durante un trecho.
Jorge es biólogo y una eminencia de estos bosques, valles y montañas somedanas. Afable y buena gente, tiene una vista privilegiada a la hora de avistar animales. Las horas de vuelo son evidentes. En su mochila guarda recuerdos de viajes (más bien auténticas expediciones) que te dejarán con la boca abierta si tienes la suerte de escuchar sus relatos.
El panorama comienza a ponerse muy guapo al llegar al Colláu del Xuego la Bola (con Peña el Michu a la derecha), donde disfrutamos de una de las imágenes del día: la vista en la distancia del valle de Saliencia, muy conocido por los hermosos lagos y su renombrada ruta.
Seguimos camino para encontrarnos con espectaculares brañas, como la de la Corra. Sus cabañas están conservadas en buen estado, merecen un alto para admirarlas en detalle y apreciar el aprovechamiento de los recursos disponibles en techo y paredes. En segundo plano, sobre una terraza, tenemos la Braña de Ordiales, conformando una estampa preciosa:
Una cosa está clara, los vaqueiros tenían un talento especial para situar sus brañas en parajes deslumbrantes. O quizás sea porque esta combinación braña-paraje espectacular abunda en Somiedo. Sea como sea, el conjunto no puede ser más bonito.
Casi sin darnos cuenta, al cabo de dos horas y media, llegamos a la braña donde Somiedo Experience tiene el teito prometido, con unas vistas preciosas a las montañas y bosques somedanos. Destacan las vistas al Cornón (2.188 m, el más alto de Somiedo), Penouta, los Bígaros, y a la espalda de la cabaña Peña Negra.
El vivac
Los rumores que nos llegaron no eran para nada exagerados, y es que las cosas como son, el lugar es afortunado. El teito está perfectamente conservado, en una antigua braña con algunas cabañas en pie, y otras ya en ruinas.
Hay una fuente con agua fresca y mucha paz justo delante del teito con unas vistas sensacionales. Se respira naturaleza y el cielo despejado promete una noche épica.
Nos recibe en el teito Sofía, la otra fundadora de Somiedo Experience. Sofía es auténtica, somedana de nacimiento y de sentimiento, sin duda lleva en su sangre el ADN de estas tierras. Proviene de familia ganadera que practicó la trashumancia y, sin duda, es la persona perfecta con la que recorrer y conocer este Parque Natural.
Somiedo Experience suelen hacer vivacs con avistamiento de animales, pero también hace vivacs temáticos e incluso, si tiene la oportunidad, adapta la experiencia a tus gustos, por lo que si te interesa la acuarela, el yoga o alguna otra actividad compatible con este vivac coméntaselo y quizá puedan incorporarlo. Nosotros tuvimos una interesante iniciación a la pintura en acuarela, ese noble y difícil arte. La pintura del teito, es de la profe, no nuestra 🙂
A medida que avanza el día llega uno de los momentos grandes: el atardecer. Y no porque todo se vuelve más bonito durante unos minutos, que también, sino porque es, con el amanecer, el mejor momento para el avistamiento de animales.
Pero el localizar a los animales es un asunto delicado, nada fácil. Aquí es donde entra en juego el ojo experto de Sofía y Jorge, que permite que podamos disfrutar de fauna que, sin ellos, nos pasaría inadvertida. Hubo suerte y vimos varios ciervos, uno de ellos este ejemplar de gran tamaño.
Ya con las últimas luces del día, aprovechamos para cenar. No se puede pedir mucho más en una cena: buena compañía, la braña y el paisaje al atardecer… y unas tortillas inolvidables que Sofía y Jorge se sacaron de la manga, junto a embutidos y el legendario arroz con leche que manufactura Sofía 😉
Si el día fue completo, la noche iba a ser inolvidable. No había una nube y poco a poco, se fueron encendiendo bombillas en el firmamento. Estamos en una zona sin contaminación lumínica y el cielo se presentó en todo su apogeo en aquella noche sin luna.
Las estrellas y los planetas fueron perdiendo la vergüenza y en poco tiempo la Vía Láctea ocupó su lugar como protagonista indiscutible. Una obra de arte salpicada por estrellas fugaces, insuperable, fascinante y adictiva.
Meterse en el saco de dormir con este espectáculo encima de tu cabeza es un auténtico lujo, sin duda una noche difícil de olvidar. Costó dormirse y despertarse y mirar el cielo era especial.
Si tienes suerte, que no la tuvimos, de madrugada podrás escuchar el aullido del esquivo lobo en la distancia. Escuchar a este estratega de la supervivencia hubiera sido el colofón perfecto a esta experiencia de 10 en la naturaleza asturiana.
El amanecer fue de lo más peculiar, unas vacas hicieron una visita para beber y por una vez, abandonaron esa mirada vacía y aburrida que las acompaña. Su sorpresa era obvia, y no precisamente pequeña: aquellos bultos embozados debajo del saco eran algo nuevo y extraño para ellas. No sabían muy bien que hacer y allí estuvieron unos minutos sin dejar de mirarnos, en tensión, hasta que nos fuimos levantando. Cuando vieron lo que salía de los sacos, adoptaron su expresión habitual, nos ignoraron y fueron a pastar a algún lugar cercano de su edén veraniego.
Cuando las vacas nos dejaron, recogimos, desayunamos y haraganeamos enfrente del teito parte de la mañana. Luego volvimos por el mismo camino para poner fin a un día muy especial con buena gente en Somiedo.
Material necesario
Algo muy importante y que inquieta a muchos es ¿qué tengo que llevar para dormir de vivac?
Tranquilos, en este caso Somiedo Experience te lo pone fácil: todo lo que tiene ver con sacos de dormir, cena y desayuno se ocupan ellos, luego tu tan solo tienes que ocuparte de tus artículos personales, tu ropa, botas de montaña y algo de abrigo para la noche (recuerda que estas en Asturias y en altura, así que cae el relente).
Consejos y recomendaciones
Algunas cosas adicionales:
- El vivac se hace al raso, por eso es tan especial. No se pasa frío con los sacos y la funda de Somiedo Experience.
- Si la cosa (el tiempo) se pusiera fea, ahí está el teito para resguardarse.
- La ruta es fácil, pero si no estás muy en forma, puedes llevar un par de bastones en la mochila para ayudarte en las cuestas.
- Lleva agua para la ruta y algo de comer.
- Reserva el vivac con antelación, los grupos son reducidos.
- El uso de dron está prohibido en todo el parque.