El Monasterio de Clonmacnoise era uno de los lugares que más nos llamó la atención cuando comenzamos a organizar nuestro viaje por Irlanda. Decidimos incluirlo en nuestro road trip, y la decisión fue más que acertada. Te contamos todo lo que necesitas saber para visitar este sitio de nombre impronunciable.
CONTENIDO DEL ARTÍCULO
¿Por qué ir al Monasterio de Clonmacnoise?
Porque es un lugar tremendamente hermoso. Los restos de la catedral y los templos, rodeadas de tumbas y cruces celtas componen un lugar muy interesante que transmite paz y es una gran visita para tu viaje a Irlanda.
Dónde está el Monasterio de Clonmacnoise
Su emplazamiento es estratégico, prácticamente en la mitad de la isla (entre Dublín y Galway), donde confluyen las principales vías de comunicación de Irlanda.
Nosotros combinamos esta visita con la del dolmen de Poulnabrone, podéis ver nuestra experiencia nuestro artículo: dolmen de Poulnabrone.
Cómo ir al Monasterio de Clonmacnoise
Llegamos procedentes de Dublín. Fue un trayecto de algo menos de 2 horas en coche.
Alquilar un auto, es la mejor manera de visitar la isla, gestionas tu recorrido y dedicas más tiempo a lo que te interesa. ¡Ojo que en Irlanda se conduce por el carril izquierdo! Aconsejamos pues, alquilar un coche automático porque ya es bastante jaleo conducir al revés como para tener que cambiar marchas con el brazo izquierdo.
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Historia del Monasterio en un minuto
Este conjunto monástico de Clonmacnoise, se fundó en el siglo VI por San Ciarán. Dice la
leyenda, que estuvo buscando durante varios años el emplazamiento que se le había aparecido en sus visiones.
El caso es que logró encontrarlo a orillas del río Shannon. Desgraciadamente, murió al año de fundar el monasterio y no pudo ver su obra terminada. Aún así, esto no evitó su crecimiento y que se convirtiera en uno de los lugares religiosos más importantes de Europa.
Su máximo esplendor fue entre los siglos VII y XII llegando a vivir entre 1500 y 2000 personas en el siglo XI.
Fue víctima de decenas de saqueos, perpetrados entre otros por vikingos e ingleses. Cosas que tenía la Edad Media…
Comenzó su declive a partir del siglo XIII, y finalmente en el siglo XVI fue saqueado y finalmente destruido por los ingleses.
En 1877 fue declarado Monumento Nacional. Aún se recuerda con cariño la misa que celebró el Papa Juan Pablo II en 1979.
Qué ver en Clonmacnoise
En este bello lugar, donde todo el conjunto está rodeado de lápidas y cruces celtas, podemos curiosear libremente y deleitarnos con:
Restos de una catedral
Construida en el año 909, es la iglesia más grande de Clonmacnoise. Desde el año 1198 descansan los restos de Rory O’Connor, el último gran rey de Irlanda.
Una de sus puertas se la conoce como la puerta de los susurros, ya que, si hablas bajito, hay
tan buena acústica que se escucha el sonido dentro de la catedral con bastante nitidez.
Restos de Siete iglesias
Hay restos de los siguientes templos: Connor, Kelly, Melaghlin, Dowling, Hurpan, Ciarán y Finghín.
Dos torres redondas
La torre O´Rourke está en la esquina noroeste, cerca de la entrada, no conserva toda su altura original (19 metros en la actualidad, 2/3 de su altura original), ya que en el siglo XII la alcanzó un rayo y derribó parte de ella.
Originalmente situada fuera del complejo dinástico, es inusualmente ancha y fue extraordinariamente construida. Prueba de ello es que soporta el paso de los siglos en pie.
Para los peregrinos (y saqueadores) que llegaran navegando el Shannon, debió ser espectacular ver esta torre en la distancia dando la bienvenida al complejo monástico.
La otra torre, de menor altura, se encuentra unida a una iglesia y forma parte del ya nombrado Templo Finghín.
Tres cruces celtas irlandesas
Se conservan tres cruces en Clonmacnoise: la cruz de las Escrituras, la del Sur y la del Norte; siendo especialmente importante la primera, perfectamente proporcionada y con gran detalle.
Conocidas como altas cruces, tienen brazos conectados por un disco circular. Se cree que su función, además de barreras para alejar el mal, era de punto de encuentro para reuniones y oración. Han sobrevivido unas 70 de estas cruces desperdigadas por todo el país, normalmente en su emplazamiento original, aunque este no es el caso de las de Clonmacnoise.
Las cruces originales se pueden ver en el centro de visitantes, resguardas de las inclemencias del tiempo. Puedes ver las réplicas en su emplazamiento original.
La cruz más alta (4 metros) es la Cruz de las Escrituras (año 900), fue tallada de un único bloque de arenisca y se encuentra muy bien conservada. Se pueden ver en ella talladas escenas del Juicio Final y la Crucifixión.
Centro de visitantes
Es un pequeño museo donde se explica cómo se vivió en Clonmacnoise y cómo funcionaba el
conjunto monástico. Además, hay una sala donde se proyecta un video (en inglés) de unos 20 minutos, que está muy bien para poder hacerte una idea de la vida en el monasterio.
Precio y Horarios
Te dejamos el enlace a la web oficial donde puedes consultar los precios y horarios actualizados: web Monasterio de Clonmacnoise.
Como curiosidad, decir que lo visitamos el día 1 de enero y el precio de la entrada era más barato por ser Año Nuevo, pagamos 5€ por persona. El aparcamiento es gratuito.
Conclusiones y recomendaciones
Para el horario de la visita recomendamos dos momentos del día:
- A primera hora, así disfrutarás en soledad de la paz y tranquilidad que transmite Clonmacnoise.
- Al atardecer, las cruces se tiñen de color y la experiencia es aún más bonita, como puedes ver en las fotos del artículo.
Por favor, no olvides que estás en un cementerio, se respetuoso con el lugar.
Reserva, al menos, una hora para visitar el recinto tranquilamente.
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